Estamos en el mes de la Navidad y todo comienza a brillar con sus colores. Cada país tiene sus costumbres y en las ciudades comienza a notarse el espíritu navideño en cada rincón, pero los suizos comparten con otros países de Europa una costumbre encantadora que invita a hacer un buen paseo de compras: los mercados de Navidad. Esta costumbre no es muy vieja pero ha sido muy bien recibida pues todos les gusta pasear entre sus puestos callejeros una tarde de invierno, con cientos de luces alrededor y una multitud de posibles regalos para elegir.
Bien, que de eso se trata. Los mercadillos de Navidad son pequeñas ferias que se arman en todas la ciudades suizas para esta época del año. Es una tradición secular en Baviera y Alsacia, dónde nació, pero como os dije en Suiza tiene apenas treinta años. Comenzamos a ver estos mercados en noviembre, cuando las noches comienzan a ser más largas, y se extienden por todo el país. En un principio estas ferias eran mas bien comerciales pero con el tiempo y al ser tan pintorescas se convirtieron en un punto de atracción para el turista.
El más antiguo de todos los mercados es el “ Montreux Noël”, de Montreux. son 120 casitas de madera con productos artesanales que invitan a comprar, divertirse y disfrutar del paseo con el lago Lemán y las montañas de fondo. Otro mercadillo conocido es el de Basilea, también con puestos de madera que exhiben artesanías y productos agrícolas locales. No son los únicos y es posible que os encontréis con ellos en cualquier rincón de Suiza para estas fechas.
Además, en general encontramos en ellos vino, galletas, hongos, panes con especias, velas, artesanías excelentes que se convierten en obsequios de navidad y ses tipo de cosas. Los mercadillos son una verdadera fiesta de colores y olores tradicionales, un sitio donde pasear cuando el sol baja, bajo miles de luces de colores, con los niños, comprando y disfrutando de algunas de las atracciones que muchos de ellos tienen.
En Zürich hay un mercado techado que está en la estación central de la ciudad.