Asakusa es uno de los distritos más coloridos e interesantes de Tokio. Se desarrolló alrededor del Templo Senso-ji y se ha convertido en una de las partes más vibrantes de la ciudad desde comienzos del siglo 17. En la actualidad, es un destino turístico muy famoso, incluso fuera de Japón, y lo visitan multitud de extranjeros diariamente.
Según una leyenda que data de hace 1.000 años, dos hermanos fueron a pescar un día al Río Sumida-gawa en el este de Asakusa y su red quedó enredada en una pequeña estatua de Kannon, la personificación budista de la infinita compasión. Se creó un monasterio en honor de Kannon, con un gran sentido de piedad, lo que dio origen al Templo Senso-ji.
Bajo la Puerta Kaminari-mon pende una enorme lámpara de papel, en la entrada principal del complejo del templo. Cuando usted atraviesa la puerta accede a un paseo que conduce directamente al norte, a la Puerta Hozo-mon y a la Sala Kannon-do. El paseo entre las dos puertas mide unos 250 metros y le lleva a través del distrito comercial Nakamise. En este lugar, se hayan alineadas muchas pequeñas tiendas que venden de todo, desde recuerdos hasta panecillos dulces y muñecas. Abanicos de colores (tanto plegables como de una sola pieza), paraguas y linternas de papel combinan con las ropas happi y los vídeo juegos en un espectáculo que cautiva la atención de los visitantes.
Al final del largo paseo Nakamise se encontrará con una atmósfera totalmente diferente – Un enorme espacio abierto, parcialmente ocupado por la Puerta Hozo-mon y detrás la Sala Kannon-do, con la pagoda de cinco pisos a la izquierda. Podrá observar todo tipo de gentes en frente de la Sala. Algunos son peregrinos, echando monedas en los limosneros, o quizás comprando papeles o-mikuji , en los que se predice el futuro. Otras personas vienen hasta aquí, simplemente a pasear o puede que a dar de comer a las palomas.
A la derecha de la Sala dedicada a Kannon-do, se encontrará con un monasterio sintoísta. Es pequeño, pero atrae a una gran multitud de personas todos los meses de mayo para el Sanja-matsuri, uno de los tres grandes festivales del Antiguo Edo (actual Tokio). Durante el festival se recorren las calles de 44 distritos, que mantienen una estrecha afiliación con el Monasterio de Asakusa, con tres mikoshi , estandartes movibles. Cada uno de estosmikoshi es llevado por unas treinta personas, pero son miles las que se disputan el honor de hacerlo. El festival es famoso por su atmósfera electrizante y con él se celebra el comienzo del verano en Tokio.
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